La primera parte del recorrido, hasta la confluencia con el Ticino, se extiende por los preciosos campos de PavÃa, irrigados por numerosos canales y salpicados de caserÃos y árboles.
Fuera de los centros habitados no se puede conseguir comida y bebida, entre los puntos de descanso hay dos restaurantes a lo largo del Ticino.